Para eso querían el 4%
Desde el momento en que el gobierno determinó que la partida presupuestaria
para el ministerio de Educación se apegaría a la ley que le asigna el 4 por
ciento del Producto Interno Bruto, la inefable Asociación Dominicana de
Profesores comenzó exigir un aumento salarial del 100 por ciento para todos los
maestros del sector público.
Para tener una idea clara del reclamo gremialista, bastaría señalar que
semejante aumento absorbería, según el ministerio de Educación, cerca de la
mitad del incremento en el presupuesto de esa cartera.
Al no lograr que el gobierno aceptara tan inaudito y desproporcionado
reclamo, se fueron a la calle afectando las horas de clases que imparten y
sacrificando a millones de muchachos en la escuela pública, que en los dos meses
que lleva este año no han recibido ni siquiera el equivalente a 15 días de
docencia.
¡Un verdadero abuso!
Pero, además, es una pena que algo así suceda en el gobierno de Danilo Medina, el primer y único Presidente que otorga el 4 por ciento que manda una ley votada hace más de15 años. Y quien ha ratificado su compromiso con la educación como parte de su plan de lucha contra la pobreza y sus programas de inclusión social.
Pero, además, es una pena que algo así suceda en el gobierno de Danilo Medina, el primer y único Presidente que otorga el 4 por ciento que manda una ley votada hace más de15 años. Y quien ha ratificado su compromiso con la educación como parte de su plan de lucha contra la pobreza y sus programas de inclusión social.
Un Presidente que ha apostado por la educación como ningún otro, dispuesto a
sacrificar obras y políticas de mayor impacto a corto plazo para transferir una
sola cartera casi el 25 por ciento de los ingresos del Estado... Cuando bien
pudo invertir ese dinero en acciones de mayor impacto y rédito político en el
corto plazo, como hicieron los dos gobiernos precedentes, entre ellos el del
PRD.
El gobierno trató por diversas vías de evitar el conflicto con la ADP; hizo
un gran sacrificio financiero para plantearle a los maestros una iniciativa
sensata. Propuso un aumento del 20 por ciento en el presente año retroactivo a
enero, con incrementos escalonados hasta 2016 que estarían condicionados al
resultado de las evaluaciones de desempeño y la participación de los docentes en
programas de formación. Y que incluye además toda una serie de iniciativas
beneficiosas para los profesores del sector público y sus dependientes.
Pero la propuesta fue rechazada de plano por la ADP.
Una reacción inexplicable si se tiene en cuenta que la mayoría de la
dirección ejecutiva de ese gremio pertenece a la corriente oficialista y se
supone responde a la dirección política del PLD, y que además la mayoría de los
peledeistas en el gremio magisterial pertenece a la corriente danilista.
Ante la peliaguda situación, Danilo se involucró personalmente en el
conflicto buscando evitar que el impasse llegase a los actuales niveles. El
Presidente confió en gente muy allegada y de viejo liderazgo en la ADP, y se
obtuvieron los votos en su Comité Ejecutivo para aprobar la propuesta del
gobierno.
Sin embargo, la corriente oficialista nunca conoció en su seno la propuesta
del Presidente y en cambio apoyó el plebiscito que rechazó la salida
oficial.
En este momento hay un tranque sin solución a la vista. La ADP propone una
huelga general de maestros que pondría en riesgo el presente año escolar, ya de
por sí muy atrasado en su cronograma.
Y fueron los mismos peledeistas quienes frustraron una solución política al
conflicto, y quienes han entrampado al gobierno en una situación bastante
complicada.
En mentideros políticos y círculos gremiales se considera muy sospechosa la
actitud de la ADP. Lo que se dice es que ese gremio ---sea por aspiraciones
personales o por rencillas grupales--- busca hacer rodar la cabeza de la
ministra de Educación, Josefina Pimentel.
Y en estos días que se rumorean cambios en los altos cargosÖqué mejor
argumento que evidenciar una “falta de liderazgo” en el sector para que el
Presidente Medina se detenga en uno de los suyos.
Es sospechoso también el silencio cómplice que mantiene la llamada coalición
amarilla que marchó durante años por el 4 por ciento, ante el desatino de los
profesores que ahora saltan golosos a engullirse el voluminoso presupuesto para
“una educación digna”.
Esa actitud resulta aún más sintomática porque los grupos de la sociedad
civil que alentaron la lucha del 4 por ciento, saben bien que de aumentarse de
forma tan desproporcionada los sueldos a los profesores, la mayor parte de los
fondos para esa “educación digna” se irán en gastos corrientes y no en programas
que mejoren la calidad de la escuela.
Pero como al parecer entienden que los casi 100 mil millones de pesos que se
destinarán este año a la educación es producto de “su lucha”, consecuentemente
tienen el “derecho” de administrar esos recursos. Para lo que se han ocupado de
esparcir la idea de que sólo ellos pueden garantizar el uso “eficiente y
despolitizado” de tanto dinero.
Incluso, se sabe que hasta tienen su candidata para sustituir a Josefina
Pimentel en Educación. Se trata de una reconocida líder empresarial, ahora al
frente de la ONG vinculada al área educativa.
En ese camino sinuoso conspiran desde la sombra... Como lo hicieron antes con
el sector eléctrico, que le echaron mano en el último tramo del gobierno
anterior.
¡Oh, casualidad de la vida...! Celso Marranzini, su gurú eléctrico, también
fue cabeza de la misma fundación que ahora preside la distinguida dama que
promueve la comparsa para el ministerio de Educación.

Post a Comment