Para eso querían el 4%

Óscar Medina
Desde el momento en que el gobierno determinó que la partida presupuestaria para el ministerio de Educación se apegaría a la ley que le asigna el 4 por ciento del Producto Interno Bruto, la inefable Asociación Dominicana de Profesores comenzó exigir un aumento salarial del 100 por ciento para todos los maestros del sector público.
Para tener una idea clara del reclamo gremialista, bastaría señalar que semejante aumento absorbería, según el ministerio de Educación, cerca de la mitad del incremento en el presupuesto de esa cartera.
Al no lograr que el gobierno aceptara tan inaudito y desproporcionado reclamo, se fueron a la calle afectando las horas de clases que imparten y sacrificando a millones de muchachos en la escuela pública, que en los dos meses que lleva este año no han recibido ni siquiera el equivalente a 15 días de docencia.
<!--more-->
¡Un verdadero abuso!
Pero, además, es una pena que algo así suceda en el gobierno de Danilo Medina, el primer y único Presidente que otorga el 4 por ciento que manda una ley votada hace más de15 años. Y quien ha ratificado su compromiso con la educación como parte de su plan de lucha contra la pobreza y sus programas de inclusión social.
Un Presidente que ha apostado por la educación como ningún otro, dispuesto a sacrificar obras y políticas de mayor impacto a corto plazo para transferir una sola cartera casi el 25 por ciento de los ingresos del Estado... Cuando bien pudo invertir ese dinero en acciones de mayor impacto y rédito político en el corto plazo, como hicieron los dos gobiernos precedentes, entre ellos el del PRD.
El gobierno trató por diversas vías de evitar el conflicto con la ADP; hizo un gran sacrificio financiero para plantearle a los maestros una iniciativa sensata. Propuso un aumento del 20 por ciento en el presente año retroactivo a enero, con incrementos escalonados hasta 2016 que estarían condicionados al resultado de las evaluaciones de desempeño y la participación de los docentes en programas de formación. Y que incluye además toda una serie de iniciativas beneficiosas para los profesores del sector público y sus dependientes.
Pero la propuesta fue rechazada de plano por la ADP.
Una reacción inexplicable si se tiene en cuenta que la mayoría de la dirección ejecutiva de ese gremio pertenece a la corriente oficialista y se supone responde a la dirección política del PLD, y que además la mayoría de los peledeistas en el gremio magisterial pertenece a la corriente danilista.
Ante la peliaguda situación, Danilo se involucró personalmente en el conflicto buscando evitar que el impasse llegase a los actuales niveles. El Presidente confió en gente muy allegada y de viejo liderazgo en la ADP, y se obtuvieron los votos en su Comité Ejecutivo para aprobar la propuesta del gobierno.
Sin embargo, la corriente oficialista nunca conoció en su seno la propuesta del Presidente y en cambio apoyó el plebiscito que rechazó la salida oficial.
En este momento hay un tranque sin solución a la vista. La ADP propone una huelga general de maestros que pondría en riesgo el presente año escolar, ya de por sí muy atrasado en su cronograma.
Y fueron los mismos peledeistas quienes frustraron una solución política al conflicto, y quienes han entrampado al gobierno en una situación bastante complicada.
En mentideros políticos y círculos gremiales se considera muy sospechosa la actitud de la ADP. Lo que se dice es que ese gremio ---sea por aspiraciones personales o por rencillas grupales--- busca hacer rodar la cabeza de la ministra de Educación, Josefina Pimentel.
Y en estos días que se rumorean cambios en los altos cargosÖqué mejor argumento que evidenciar una “falta de liderazgo” en el sector para que el Presidente Medina se detenga en uno de los suyos.
Es sospechoso también el silencio cómplice que mantiene la llamada coalición amarilla que marchó durante años por el 4 por ciento, ante el desatino de los profesores que ahora saltan golosos a engullirse el voluminoso presupuesto para “una educación digna”.
Esa actitud resulta aún más sintomática porque los grupos de la sociedad civil que alentaron la lucha del 4 por ciento, saben bien que de aumentarse de forma tan desproporcionada los sueldos a los profesores, la mayor parte de los fondos para esa “educación digna” se irán en gastos corrientes y no en programas que mejoren la calidad de la escuela.
Pero como al parecer entienden que los casi 100 mil millones de pesos que se destinarán este año a la educación es producto de “su lucha”, consecuentemente tienen el “derecho” de administrar esos recursos. Para lo que se han ocupado de esparcir la idea de que sólo ellos pueden garantizar el uso “eficiente y despolitizado” de tanto dinero.
Incluso, se sabe que hasta tienen su candidata para sustituir a Josefina Pimentel en Educación. Se trata de una reconocida líder empresarial, ahora al frente de la ONG vinculada al área educativa.
En ese camino sinuoso conspiran desde la sombra... Como lo hicieron antes con el sector eléctrico, que le echaron mano en el último tramo del gobierno anterior.
¡Oh, casualidad de la vida...! Celso Marranzini, su gurú eléctrico, también fue cabeza de la misma fundación que ahora preside la distinguida dama que promueve la comparsa para el ministerio de Educación.
Con la tecnología de Blogger.