Lula da Silvay el modelo económicodominicano
MODELO O MANIQUÍ.- Expertos de experiencia dudosa, pero igual
empresarios de todos los niveles y confesiones, vienen diciendo desde hace mucho
que el modelo económico dominicano se agotó. No creo que nadie sepa cuál es el
modelo, pues siempre fue y sigue siendo un arroz con mango. Incluso, con más
arroz que mango. Pero, bueno, se dice, y eso es lo que importa por ahora. Si se
agotó, lo lógico es sustituirlo por uno más descansado, y ahí es donde la puerca
retuerce el rabo. Los economistas explican la crisis después que pasa y sin que
ellos hubieran hecho nada por prevenirla. En Europa, por ejemplo, lo único nuevo
es que los bancos han vuelto a ganar mucho dinero. De Estados Unidos solo uno de
sus índices acusa buen desempeño. Leonel Fernández hablaba en sus años de
gobierno de un modelo que combinaba el libre mercado con no recuerdo qué cosa, y
que como todas sus teorías, se fueron con el viento, sin que sus iguales u
oponentes lo asumieran o discutieran. La crisis del modelo se mantiene, aunque
los errores de gobierno desvíen la atención...
LOS BRICS.- Ahora viene Lula da Silva, o mejor dicho, lo traen, y es
porque hay cambio de cancha y también de jugadores. La charla ante la Cámara de
la Construcción, una sola charla, tuvo su repercusión. Más o menos abre un
debate, tímido, sutil, pero que si encuentra espacio podría cumplir un cometido.
El modelo brasileño, el modelo de Lula, el modelo de Dilma Roussef, es para
tener en cuenta. Lo primero es que no hay otro tan viable. Lo segundo es que
surge, ya no de teorías, sino de aplicaciones. Lo tercero es que va dando de qué
hablar por el mundo, y a Brasil no se le deja fuera de ninguna reunión o foro de
trascendencia. Lo cuarto es que forma parte del quinteto emergente de la
economía mundial, el llamado BRICS, integrado por Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica. Estos países, si no constituyen un modelo, por lo menos una fórmula,
y lo inteligente sería considerarla. Además, la gravitación de ese
país-continente no es nueva. La estrategia regional de Estados Unidos en un
tiempo tuvo a Brasil como referente...
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LAS INFLUENCIAS.- Un referente malo, vale decir, pues, era el Brasil
de los militares, pero con un potencial y unas posibilidades de desarrollo
industrial inmensas. Decían entonces los ideólogos de la política de Estados
Unidos hacia América Latina que hacia donde tendiera Brasil, se inclinaría todo
el continente. Ahora Brasil es democrático y las ejecutorias de su gobierno no
se quedan solas en el plano político, o económico, o social, sino que incluyen
el moral. El ejemplo es bueno y fluido, pues no se trata del antiguo
colonialismo, sino de resultados que asombran y por igual contagian. Además, los
dominicanos no solo conocen su música (samba, bossa novaÖ), o su literatura
(Jorge Amado), incluso sus telenovelas (Doña Bella), o sus carnavales (de Río).
También sus capitales y sus empresas emblemáticas. Invierten y operan, y lo
hacen en el sector público, pero igual en el privado. Y sus influencias son tan
sentidas, o extendidas, que se está aprendiendo portugués como nunca, y no por
razones de cultura, sino de oportunidades de trabajo. Es decir, que Brasil y lo
brasileño ya forman parte de lo nuestro...
DISCUTIR Y VER.- El modelo, o la vía, o la fórmula de Lula no debiera
pasarse por alto y quedarse en una charla ocasional, o verlo como una de las
tantas expresiones del divismo político propio de expresidentes. Debiera
estudiarse, y discutirse y ver sus posibilidades. La pobreza es una, aun cuando
tenga muchos colores y hable diferentes lenguas. Desde siempre los países
pequeños viven expuestos a que las ideas o los sistemas de los grandes sean como
vitrinas. ¿Acaso no se veía una vez hacia Puerto Rico, o se tenía a Chile o a
los Tigres del Asia como soluciones ideales al subdesarrollo? De eso ya no se
habla, porque más que modelos fueron maniquís, y no de plástico, sino de cartón
piedra. Ahora se tiene de frente a Brasil, y no hay nada de malo en hacerle ojos
bonitos, y aunque se dice que nadie aprende en cabeza ajena, por lo menos
debiera intentarse. Esto, si como se dice, el modelo está agotado y en la
distancia no se ve algo mejor. El debate, por demás, asoma: un empresario por
aquí, un economista por allá. Solo basta que lo dejen sobre el tapete, que a
poco camina sin bastón...

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